miércoles, 19 de mayo de 2010

Marlowe, detective muy privado


Di con esta película, en la que Marlowe es contratado por una apocada rubia de Kansas que trata de encontrar a su hermano desaparecido, porque soy un ferviente admirador de la obra de Raymond Chandler, uno de los padres de la literatura negra junto a Dashiell Hammett. Hay muchos filmes basados en las novelas policíacas de Chandler con su eterno detective Philip Marlowe de protagonista. La mayoría son de muy baja calidad, solo llegan a cine de altos vuelos “El sueño eterno” e “Historia de un detective”, ambas de los años cuarenta. Todas las adaptaciones posteriores han sido un fracaso. Algunas son más interesantes que otras. Mientras que las interpretadas por Robert Mitchum encuentran un equilibrio regular entre la interesante “Adiós, muñeca” y la patética “Detective privado”, hay otras rarezas como “La dama del lago”, de Robert Montgomery, filmada totalmente en plano subjetivo. Y finalmente algunos productos mediocres, fallidos en general pero con cierto interés gracias a la base que llevan de las novelas. Es el caso de “El largo adiós”, de Robert Altman y con un Elliot Gould fantástico haciendo de Marlowe, “Poodle Springs”, de Bob Rafelson mostrando a un Marlowe crepuscular, y a un nivel más bajo esta película que nos ocupa. Elijo la última porque todas las demás son versiones más conocidas y suelen basarse en las mismas novelas, las más célebres del autor, mientras que “Marlowe, detective muy privado” se basa en una de las mejores novelas de Chandler, una de las últimas que escribió (ya había publicado todas sus grandes obras excepto “El largo adiós”), quizá la que más sátira contiene, y que nadie más ha adaptado a la gran pantalla. Para no engatusar a nadie voy a aclarar de entrada que “Marlowe” no es una buena película en absoluto. Tuvo cierto éxito de taquilla en su momento gracias a la aparición de Bruce Lee en un papel testimonial para enseñar a los espectadores lo bien que se le da romper el cartón piedra. Eso lo dice todo. Extrañará cierta estética pop sesentera que no suele utilizarse en películas de género negro, pero también cabe recordar que Marlowe, tal y como lo retrata Chandler en sus novelas, no es aquel que nos enseñaron en las películas de los cuarenta pese a que éstas fuesen las mejores. Bogart hacía un gran papel, pero no era el Marlowe de las novelas, era casi un remedo de ese Sam Spade que interpretó en “El halcón maltés” (basado en una novela de Hammett , un escritor mucho más sobrio que Chandler). El Marlowe de Chandler es un detective del Los Angeles estridente que mezclaba el glamour kitsch de Hollywood con la sordidez del crimen californiano, mucho más sátiro. No un Bogart ni un Mitchum, si no más bien un Cary Grant o en tiempos modernos un Hugh Laurie/House sin tan mal carácter. Por eso para mi el actor que más ha conseguido recordarme al Marlowe de las novelas es Elliot Gould en la película de Altman (si no fuese por ese final tan anti-Marlowe). La elección de un James Garner, que ya era conocido por su éxito en la serie “Maverick” (la misma que protagonizó Mel Gibson en el cine años después), es un intento de hacer un Marlowe que caminase entra la dureza y la sátira. No cuaja Garner una buena actuación aquí. Ni ninguno de sus actores. Aunque es difícil que un actor se tome en serio algo cuando ve que está al mando alguien que no da la talla, como el director Paul Bogart. Así pues, la película artísticamente es de muy baja calidad. Sin embargo, y aunque estropea (como suele suceder) la magnífica trama original, conserva el talento de la historia de base. También conserva algunos de sus diálogos, donde Chandler era uno de los más grandes maestros que ha dado la literatura, y eso la convierte en una película fácil de digerir y, según como coja, incluso entretenida. Yo la salvo del suspenso solo por eso, por su buena trama y sobre todo por sus ingeniosos diálogos que le hacen pensar a uno cada dos por tres el típico «¡Qué tío!». No obstante, no me arriesgaría a recomendársela a nadie que no sea un adepto tolerante del género negro. Y para los seguidores de Chandler, por supuesto, que siempre resultará interesante.

Fuente: Hotel Overlook

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